- ¿Cuánto suelen durar las relaciones en el instituto?
- ¿Puede durar para siempre el amor de instituto?
- 10 razones por las que fracasan las relaciones en el instituto
- 8 maneras de hacer que una relación de instituto dure (para siempre)
- Reflexiones finales
No hay nada como el amor único que comparten los novios del instituto. Todos esos primeros momentos, esas experiencias atesoradas, el viaje compartido de la transición de la niñez a la edad adulta. Hay una razón por la que los productores de televisión y los novelistas no se cansan de escribir sobre romances adolescentes. No hay nada como eso.
Y el amor suele ser apasionado e intenso, pero ¿podrá resistir el paso del tiempo?
¿Las relaciones de instituto duran una vez que las parejas entran en el mundo real? ¿Pueden dos jóvenes soportar las complicaciones de la universidad y el mundo laboral y las perspectivas de navegar juntos por una vida adulta? ¿Puede mantenerse vivo el romance, incluso cuando la vida se pone difícil?
Y a pesar de las rupturas, ¿merecen la pena las relaciones de instituto? ¿Merecen la pena los posibles disgustos y la distracción de otras prioridades? Vamos a sumergirnos en el tema.
Índice:
¿Cuánto suelen durar las relaciones en el instituto?
Si no es así, ¿qué porcentaje de relaciones duran? y ¿cómo se las arreglan las parejas jóvenes cuando cambian las prioridades?
¿Sientes curiosidad por saber cuántas relaciones de instituto duran? Tal vez estés reflexionando sobre tu propia relación y preguntándote si vosotros dos desafiaréis las probabilidades.
Muchas personas tienen su primera relación durante la escuela secundaria. Los años de la adolescencia están marcados por las hormonas salvajes y la independencia recién descubierta. Y de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el estadounidense promedio pierde su virginidad a los 17 años - que cae justo alrededor del tercer o último año de alguien. Aunque no todos los adolescentes tienen relaciones sexuales con sus parejas, muchas personas...experimentan sexualmente con sus parejas románticas.
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Pew Research informa de que el 35% de los adolescentes tiene alguna experiencia con citas y romances. En un momento dado, el 18% está actualmente en algún tipo de relación. El 14% de esos individuos indica que la relación es "seria".
Sin embargo, una vez superados los años de instituto, las estadísticas cuentan una historia diferente. El momento oportuno desempeña un papel importante a la hora de conseguir un compromiso feliz.
Según Brandon Gaille Marketing, los novios de instituto casados sólo tienen un 54% de probabilidades de que su matrimonio dure diez años (frente al 32% de la pareja media estadounidense), pero si esperan al menos hasta los 25 para casarse, su tasa de éxito a largo plazo se dispara hasta el 78%.
Daniel Dashnaw, terapeuta matrimonial y familiar, indica que un matrimonio precoz puede afectar a otras opciones vitales. Por ejemplo, sólo el 19% de los novios casados en el instituto van a la universidad. Además, menos del 2% obtienen un título universitario.
Aunque la universidad no es una medida del éxito o la felicidad, puede afectar al potencial de ingresos y a la posición social.
Por lo tanto, los matrimonios precoces pueden colocar a los jóvenes en una situación de desventaja crucial durante una etapa vulnerable de su desarrollo.
¿Puede durar para siempre el amor de instituto?
Lo más probable es que conozcas a una pareja felizmente casada y que lleven juntos desde la adolescencia. El amor, en muchos sentidos, no tiene límites, y un romance de instituto puede ser el inicio de una conexión para toda la vida.
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Por supuesto, puede que tu novia/novio del instituto no sea permanente. La vida puede ser complicada y, sin duda, las personas cambian a medida que se hacen mayores.
Entonces, ¿cuánto suelen durar las relaciones entre adolescentes? y ¿qué hace que fracasen o tengan éxito? Vamos a ello.
10 razones por las que fracasan las relaciones en el instituto
Es importante conocer las principales barreras que pueden afectar a los novios de instituto. Incluso si quieres que tu relación funcione, reconocer los problemas que pueden surgir puede ayudaros a prepararos de antemano para los posibles obstáculos. Éstas son algunas de las razones más comunes por las que las relaciones entre jóvenes no funcionan.
#1 Te importa más estar en una relación que la relación
Este es un escenario común para muchos estudiantes de secundaria. ¡Aman la idea del amor más de lo que aman a su pareja real!
La presión de grupo puede exacerbar este efecto. Por ejemplo, si todos tus amigos tienen pareja, sería lógico que tú también quisieras tenerla. O, si asumes que "necesitas" tener pareja para sentirte bien contigo mismo, puedes justificar estar con alguien sólo para evitar estar solo.
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A veces, las personas no son plenamente conscientes de sus intenciones cuando inician una relación. Eso no es necesariamente malo. Sin embargo, a medida que la relación evoluciona, puede que te preguntes por qué estás con tu pareja en primer lugar.
En serio, tienes que realmente Si quieres que tu relación sea satisfactoria, tienes que querer estar con tu pareja. Esto significa aceptar lo bueno y lo malo y aceptar que puede haber momentos difíciles. También significa mantener el compromiso de crecer, aprender y conectar con el otro. Si tú (o tu pareja) no estáis dispuestos a hacer estas cosas, lo más probable es que la relación fracase.
#2 No tienen los mismos valores fundamentales
¿Los polos opuestos se atraen? Para los estudiantes de secundaria, puede parecer que sí. Todos hemos oído hablar del clásico atleta extrovertido que se enamora de la callada estudiante de arte. Quizá sientas que tú y tu pareja no tenéis nada en común y, sin embargo, los dos prosperáis a pesar de vuestras principales diferencias.
Pero, ¿qué significa esto para la felicidad a largo plazo? Según investigaciones de psicología social, la noción de que los polos opuestos se atraen puede ser en realidad un mito. Tendemos a tener amistades o relaciones más felices con personas que piensan de forma parecida a nosotros. También queremos pasar nuestro tiempo con personas que comparten valores comunes.
Por supuesto, esta información no significa que tú y tu novio del instituto estéis condenados, pero algunas parejas no se dan cuenta del impacto de sus diferencias hasta que se enfrentan a ellas directamente.
Por ejemplo, muchas parejas se dan cuenta de que necesitan compartir los mismos valores a medida que avanzan juntos. Por ejemplo, puede que ahora mismo no te importe que tu novio sea ateo, pero esto podría convertirse en un problema si más adelante pretendéis criar a vuestros hijos yendo juntos a la iglesia todos los domingos.
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Del mismo modo, puede que a ti no te importe que tu novia salga de fiesta todos los fines de semana, pero dentro de unos años este hábito podría resultar molesto si esperas sentar la cabeza.
#3 Tu cerebro no está completamente desarrollado
Aunque te sientas maduro o sabio para tu edad, la neurociencia moderna dice otra cosa: las investigaciones demuestran que el cerebro no se desarrolla plenamente hasta los 25 años.
Los adolescentes suelen procesar la información con la amígdala, una parte del cerebro asociada a las emociones, la memoria y las reacciones de lucha o huida. Este patrón puede explicar por qué los adolescentes suelen mostrarse emocionales, sensibles y, en ocasiones, malhumorados.
Por el contrario, los adultos suelen pensar con la corteza prefrontal del cerebro. Esta parte del cerebro está asociada a la lógica, el razonamiento y la racionalización. Esto explica por qué los adultos pueden tener un mayor control de los impulsos, un mayor retraso en la gratificación y una mayor percepción de las consecuencias a largo plazo que sus homólogos más jóvenes.
Por lo tanto, aunque creas que estás tomando las mejores decisiones en este momento, puede que más adelante cambies de opinión. A medida que maduras, puede que te encuentres deseando cosas diferentes. Puede que la persona de la que te enamoraste ya no satisfaga tus necesidades.
#4 Se alejan el uno del otro
¿Qué ocurre con la mayoría de los estudiantes después de graduarse? Según una investigación reciente de la Iniciativa de Datos sobre Educación, si eres como casi el 70% de los estudiantes, uno de los dos, o los dos, entrará en la universidad en otoño.
La universidad ofrece numerosas oportunidades de crecimiento educativo, social e interpersonal. Muchas personas empiezan a explorar realmente su identidad durante esos años de formación. Se centran en temas que les interesan y buscan pasiones y amistades que les parezcan significativas y auténticas.
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Teniendo esto en cuenta, ¿cuánto suelen durar las relaciones entre adolescentes? Muchas veces, la relación termina entre los primeros seis meses y un año después de empezar la universidad. El final puede producirse gradualmente, a medida que los miembros de la pareja se van distanciando el uno del otro.
Esto es especialmente cierto si, de repente, inicias una relación a distancia. Ya no almorzáis juntos ni os reís en cuarto todos los días. Ahora, tenéis que programar tiempo para tener citas, charlas por Facetime o visitas a casa.
Este esfuerzo adicional puede poner a prueba incluso a las relaciones más sanas. Después de algún tiempo, puede que ambos se den cuenta de que no merece la pena.
#5 No sabes realmente lo que quieres
El instituto es una época de curiosidad y experimentación. Estás descubriendo tus valores y prioridades, y puede que te estés individualizando de tus padres por primera vez en tu vida.
Es difícil saber lo que quieres de otra persona (o incluso de ti mismo) hasta que no estás realmente "en el mundo real", lidiando con las luchas cotidianas de la vida.
Por ejemplo, puede que te encante ver a tu novio jugar al fútbol y escuchar música juntos, pero ¿qué pasa si se lesiona, se deprime gravemente y ya no quiere hacer esas cosas tan divertidas juntos? O puede que te encante la actitud rebelde e inconformista de tu novia, pero ¿qué haces cuando se niega a conseguir un trabajo o a contribuir al pago de las facturas?
Las relaciones de instituto suelen basarse en un amor caprichoso y divertido. Esta base no es mala, ¡es lo que hace que las relaciones sean tan valiosas y apreciadas!
Por supuesto, esto no quiere decir que vayas a pasar apuros. Al fin y al cabo, los años de la adolescencia no son nada fáciles. Sin embargo, suele haber más red de seguridad con la familia y el apoyo externo. Después de graduarte, puede que empieces a descubrir más de lo que te do y puede que te sorprenda cómo cambian tus motivos.
#6 No estás en una relación sana
En lugar de preguntarse cuántas relaciones de instituto duran, sería mejor explorar la cuestión, ¿qué hace que una relación de instituto dure?
Desgraciadamente, muchos estudiantes de secundaria mantienen relaciones tóxicas con sus parejas, sólo que puede que no lo sepan. Esto se debe a que algunas de las habilidades esenciales para relacionarse que cultivan el amor y la conexión requieren un sentido de madurez y experiencia vivida.
Por ejemplo, una relación sana implica:
- Un sentido mutuo del respeto.
- Compasión y empatía mutuas.
- Paciencia y tolerancia ante las diferencias.
- Escucha activa.
- Transigir en caso de desacuerdo.
- Comunicación abierta y colaborativa.
- Habilidades adecuadas para la resolución de conflictos.
Las relaciones pueden ser estupendas cuando son fáciles. Pero, ¿qué ocurre cuando la vida se vuelve inevitablemente desafiante? Si no se dispone de esas habilidades saludables (y muchas parejas jóvenes no las tienen), uno puede sentirse abrumado cuando aparecen las tensiones.
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Es posible que recurra a tácticas poco saludables, como la agresión pasiva, la crítica o la culpabilización, para salirse con la suya. Algunas personas pueden alejarse por completo de la relación y engañar a su pareja si sienten que sus necesidades no están cubiertas.
#7 Tú (o tu pareja) queréis ser solteros
Es un deseo normal, sobre todo si llevas mucho tiempo en una relación comprometida. Puede que te gradúes y te des cuenta de que quieres pasar algún tiempo a solas. O puede que descubras que quieres ver cómo son las citas esporádicas.
A veces, pasar tiempo a solas ayuda a las personas a conocerse mejor a sí mismas. Si nunca has tenido esta oportunidad, puede que sientas que no tienes mucha identidad. En algunos casos, la relación puede parecer asfixiante.
El deseo de estar soltero no es algo malo. Pero este impulso hace que sea difícil preocuparse por la relación, y sin duda puede ser el detonante que acabe con las relaciones jóvenes.
#8 A tu familia no le gustan
Puede que tu familia no tenga la última palabra en lo que se refiere a tu felicidad, ¡pero es probable que tenga alguna! Como adolescente, es probable que te afecte cómo piensan y se comportan. Por eso, puede resultar frustrante que no les guste tu pareja.
En algunas situaciones (como en una dinámica familiar tóxica), nadie será nunca lo suficientemente bueno. Encontrarán problemas con cualquiera que traigas a casa.
Pero en otras situaciones, tu familia puede tener preocupaciones válidas. Por ejemplo, les puede preocupar cómo la influencia de tu pareja puede afectar a tus objetivos o a tu autoestima, o pueden tener inquietudes legítimas sobre temas serios como el consumo de drogas, el embarazo o los problemas académicos.
Independientemente de la situación, es esencial prestar atención a sus preocupaciones. ¿Hay algo legítimo? ¿Están preocupados por algo que intentas suprimir o negar? ¿Deberías escuchar lo que tienen que decir?
#9 Sufre un embarazo no deseado o no planificado
Aunque los embarazos de adolescentes están disminuyendo, las investigaciones de Do Something muestran que aproximadamente el 30% de las chicas estadounidenses se quedan embarazadas antes de los 20. La paternidad es una de las principales causas de abandono de los estudios secundarios. Además, el 80% de los padres adolescentes no se casan con la madre de su hijo.
Los padres adolescentes se enfrentan a enormes dificultades. Incluso en circunstancias óptimas, criar a un hijo es un reto que cambia toda la vida. Cuando el embarazo afecta a adolescentes, la tarea de ser padres suele parecer insuperable.
Como resultado, incluso las parejas jóvenes y felices pueden encontrarse discutiendo cada vez más. Puede que no estén de acuerdo en cómo criar al bebé, y estos conflictos pueden abarcarlo todo, desde las finanzas hasta la disciplina, pasando por cómo pasa cada uno su tiempo libre.
Si eres sexualmente activo con otra persona, es importante que te mantengas seguro. El embarazo puede cambiar toda la trayectoria de tu vida: tienes que hablar de este riesgo (y probablemente mitigarlo) antes de seguir adelante el uno con el otro.
#10 Tenéis Diferencias de Edad Significativas
La edad puede ser sólo un número, pero es mucho más que eso cuando se trata de menores y citas. Por ejemplo, en Estados Unidos, cada estado tiene leyes específicas sobre cuándo alguien puede consentir la actividad sexual, lo que sin duda puede causar complicaciones en las relaciones adolescentes cuando uno de los miembros de la pareja es significativamente mayor que el otro.
Muchos países han legalizado en los últimos años las leyes "Romeo y Julieta", que permiten a ciertos menores consentir relaciones sexuales con sus parejas en un plazo determinado. Sin embargo, cada país tiene sus propias normas, y los estatutos pueden cambiar.
Por supuesto, la naturaleza legal de una relación no es la única barrera asociada a las grandes diferencias de edad. Aunque tres años pueden no parecer importantes en una relación adulta, las diferencias emocionales entre una persona de catorce años y, digamos, una de diecisiete, a menudo parecen drásticas.
Si uno de los miembros de la pareja se gradúa en el instituto y "pasa página" de su adolescencia, puede sentir que la relación le está frenando. Al mismo tiempo, puede que la pareja del instituto quiera simplemente "disfrutar" de su juventud sin estar en una relación tan seria con una persona mayor.
8 maneras de hacer que una relación de instituto dure (para siempre)
Una vez que empieces a sumergirte en las estadísticas de las relaciones en el instituto, es posible que te sientas desanimado e incluso que te preguntes, ¿Son buenas las relaciones en el instituto? Si fracasan tantas, ¿debería centrarme en otras cosas?
#1 Anticipar el esfuerzo
Es muy probable que tu relación de pareja sea mucho más difícil después de la graduación. Entrar en la universidad, trabajar a tiempo completo, convertirse en adulto... son transiciones vitales significativas que afectan a todo tu bienestar. Por desgracia, también pueden ser gravosas para tus relaciones.
Por eso, si quieres que la relación dure, tienes que prever que ambos tendréis que esforzaros. Es probable que las cosas se pongan más difíciles, que la vida parezca más complicada.
Los dos tenéis que estar de acuerdo en dar prioridad a vuestra relación. Si uno de los dos se muestra indeciso con respecto a la dinámica, probablemente no durará.
#2 Establecer reglas claras
¿Cuáles son los límites que quieres tener en tu relación? Puede que no te plantearas esta pregunta cuando os conocisteis, pero es esencial que te la plantees si quieres que el amor dure.
Cada persona tiene un nivel de comodidad diferente en lo que se refiere a sus relaciones. Por ejemplo, algunas parejas esperan una honestidad clara y despiadada en todo momento. Otras pueden ser más indulgentes con alguna mentira piadosa ocasional.
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Otras parejas prefieren la monogamia estricta: el afecto físico y emocional es blanco y negro, y no hay excusa para la infidelidad, los amigos con derecho a roce o cualquier otra cosa intermedia. Otras parejas se plantean la idea de abrir la relación.
En última instancia, vosotros dos tendréis que decidir cuáles son las normas que mejor se adaptan a vuestra relación. Sin embargo, independientemente de lo que elijáis, la comunicación continua es crucial. Ambos tenéis que estar de acuerdo y entender las consecuencias de lo que podría ocurrir si uno de los dos rompe la confianza del otro.
Por último, las normas pueden cambiar con el tiempo. No pasa nada, pero hay que mantener conversaciones de colaboración antes de tomar decisiones ejecutivas.
#3 Mantener fechas regulares
En la medida de lo posible, es importante mantener el romanticismo en tu relación. Puede ser fácil caer en una rutina predecible, sobre todo si os conocéis desde hace mucho tiempo.
Como ya sabes, las relaciones requieren trabajo, incluso "salir" (la parte divertida) puede parecer trabajo. Pero cuanto más dispuestas estén las dos partes a "trabajar" en lo que hace que las cosas sean emocionantes y apasionadas, mejor será la relación.
Por supuesto, esto no significa que tengáis que pasar todo el tiempo juntos, pero sí que deberíais tener una cita nocturna fija para mantener las cosas frescas.
#4 Establece tu independencia
Por muy conectado que te sientas, es esencial que también des prioridad a tu autonomía. A medida que crezcas, tienes que cultivar tus pasiones e intereses. No puedes depender de nadie para que satisfaga esas necesidades por ti.
Así que, pasa tiempo separado. Haz un verdadero esfuerzo por establecer amistades íntimas (y no sólo con amigos comunes). Plantéate vivir por tu cuenta antes de precipitarte a irte a vivir juntos.
Formar tu propia identidad, separada de los demás, es imprescindible para tu autoestima, pero también hace que tu relación sea más satisfactoria. Es mucho mejor pasar tiempo juntos cuando tienes cosas interesantes que aportar a la relación.
#5 Practicar una resolución de conflictos saludable
Por mucho que os queráis, algunas discusiones son inevitables. Todas las relaciones pasan por momentos difíciles. Ambos tenéis que prepararos para gestionar la tensión adecuadamente.
En algunos casos, eso significa aprender a "luchar limpiamente". Cuando se lucha limpiamente, se respeta al otro incondicionalmente. No se recurre a insultos, críticas u otros ataques dañinos, sino que se abandona o se toma un momento para reagruparse si se siente que se está llegando a una escalada.
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La resolución sana de conflictos también implica asumir tus comportamientos y disculparte cuando sea necesario. No dejes que tu orgullo o tu ego se interpongan. Es importante reconocer tus errores y hacer un esfuerzo consciente por corregirlos.
#6 Centrarse en objetivos compartidos
¿Qué queréis conseguir el año que viene? ¿Y en los próximos cinco o diez años?
Tener objetivos comunes os mantiene unidos y conectados. Cuando estás en el instituto, lo normal es centrarse en la rutina diaria de los deberes, los clubes extraescolares y pasar tiempo con los amigos. Pero después de graduarse, las prioridades cambian de forma natural.
Trabajar juntos para conseguir objetivos comunes os mantiene unidos como un equipo. Y cuanto más sintáis que estáis el uno al lado del otro, más inspirados os sentiréis para dar prioridad a la relación.
#7 Considerar la terapia de pareja
Incluso las parejas más felices pueden beneficiarse de un apoyo profesional. La terapia anima a las parejas a reflexionar sobre sí mismas y a trabajar juntas para mantener la integridad de la relación. Además, aprenderán habilidades de comunicación sanas y formas proactivas de resolver problemas.
Si estáis pensando en casaros, el asesoramiento prematrimonial puede ser beneficioso. Según Elisa Willits-Spolin, LMFT, el trabajo de pareja ayuda a las personas a comprender los valores individuales que pueden bloquear las relaciones sanas. Conocer estas barreras con antelación puede evitar un sufrimiento excesivo después de haber atado el nudo.
Melanie Slep, LMFT, LPC, NPCC afirma que las parejas que acuden a asesoramiento prematrimonial tienen un índice de divorcio un 30% menor que las parejas que no acuden. Asimismo, informa de que el trabajo prematrimonial puede ayudar a explorar temas delicados como las finanzas, el sexo y la intimidad, la familia extensa, los hijos y la paternidad, y la espiritualidad.
#8 Recuerden por qué están juntos
Cuando la relación se vuelve difícil, siempre es importante saber enraizarse. ¿Por qué estás con tu pareja? ¿Por qué te empeñas en que vuestra relación dure? ¿Qué hay en ellos que te hace sentir tan feliz o especial?
Reflexionar sobre estas preguntas puede ayudarte a mantener las cosas en perspectiva. Es fácil perder de vista nuestras relaciones, sobre todo cuando nos habituamos a nuestras parejas. Pero tienes que dar prioridad a la gratitud. Apreciar a tu pareja te recuerda por qué estáis juntos. Tener esos pensamientos positivos puede anclarte cuando empieces a dudar de las cosas.
Dedique tiempo a hacer que su pareja se sienta especial con regularidad. Déjele notas de amor por toda la casa. Envíele un mensaje ñoño y coqueto sólo para decirle que piensa en ella. Sorpréndala preparándole su cena favorita.
En otras palabras, sigue tratando a tu pareja como si aún te estuvieras enamorando. ¡No te permitas caer en la autocomplacencia!
Reflexiones finales
¿Valen la pena las relaciones de instituto? ¡Sólo tú puedes responder a eso! Pero aunque tu relación no dure, puedes aprender mucho de las citas. Te llevarás esas experiencias contigo a medida que sigas evolucionando como persona. En el mejor de los casos, ¡incluso las malas relaciones pueden enseñarte y prepararte para encontrar buenas relaciones más adelante en la vida!
Y, a pesar de las estadísticas sobre relaciones en el instituto, todas las relaciones son intrínsecamente únicas. Si estás en una situación feliz, ¡no hay razón para que no pueda durar! Así que no pierdas el rumbo, mantente abierto el uno al otro y ¡disfruta del amor especial que compartís!
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