- ¿Por qué alguien se hace la víctima?
- ¿Es la mentalidad de víctima una enfermedad mental?
- ¿Qué trastorno de la personalidad se hace la víctima?
- ¿Cómo saber si alguien se hace la víctima?
- ¿Cómo ayudar a alguien con mentalidad de víctima?
- Reflexiones finales
¿Alguna vez has conocido a alguien que siempre esté deprimido? ¿Se queja de que no se le aprecia lo suficiente y de que no se le tiene en cuenta? ¿Sientes que al menos algunas de esas desgracias se las ha buscado él mismo? Es probable que te hayas encontrado con alguien con mentalidad de víctima.
Tratar con alguien que se hace la víctima es, cuando menos, agotador. No sólo rebosan negatividad, sino que siempre hay algo nuevo sobre lo que tienen que despotricar o pedirte ayuda.
En su mente, nunca tienen la culpa de nada, aunque los mismos problemas surjan una y otra vez. Sabes que nunca asumirán su responsabilidad y que muy pronto oirás hablar del mismo problema. Entonces, ¿cómo tratar con alguien que se hace la víctima TODO EL TIEMPO?
Es una relación unidireccional en la que siempre estás dando más y recibiendo muy poco a cambio.
Índice:
¿Por qué alguien se hace la víctima?
Es algo que todos hacemos de vez en cuando. Ninguno somos perfectos a la hora de asumir la responsabilidad de nuestros actos, y puede sentarnos bien pensar que nuestros problemas se deben a fuerzas externas en lugar de surgir de nuestro interior.
Sólo cuando esto se convierte en un hábito, en una forma de enfrentarse a cualquier desaire de la vida, alguien desarrolla una mentalidad de víctima.
¿Es la mentalidad de víctima una enfermedad mental?
Es bastante fácil identificar a alguien que se hace la víctima, pero mucho más difícil entender por qué lo hace.
Muchos de nosotros tenemos tendencia a calificar de enfermedad mental cualquier comportamiento indeseable, pero como todos nos hacemos las víctimas en algún momento, no está tan claro cuándo hacerlo se convierte en un trastorno.
Hacerse la víctima no tiene su propia categoría DSM, por lo que no es una enfermedad mental per se. Sin embargo, alguien que siempre se hace la víctima puede tener un trastorno separado del que la mentalidad de víctima es un síntoma.
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¿Qué trastorno de la personalidad se hace la víctima?
La mentalidad de víctima es más un síntoma que un diagnóstico y suele ser un signo de un trastorno general de la personalidad. También puede ser una reacción a determinados acontecimientos vitales.
En cualquier caso, una persona con mentalidad de víctima puede beneficiarse de trabajar con un terapeuta licenciado, que no sólo puede trabajar para frenar los comportamientos de una mentalidad de víctima, sino que también puede averiguar la causa raíz que conduce a ella en primer lugar.
Trastorno Narcisista de la Personalidad
Normalmente pensamos en los narcisistas como personas poderosas que no serían víctimas de nadie, pero hay varios tipos diferentes de narcisismo y no puede manejar en una miríada de maneras.
Los narcisistas vulnerables son todo lo contrario de lo que normalmente consideraríamos una personalidad narcisista, ya que se presentan como bastante tímidos.
Ansían llamar la atención y siempre están diciendo a la gente que no se les aprecia lo suficiente. Un narcisista vulnerable es alguien que siempre se hace la víctima.
Trastorno Límite de la Personalidad
Es una de las enfermedades mentales más difíciles de diagnosticar, ya que el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) puede presentar un amplio abanico de síntomas.
Algunos de los síntomas más comunes son la asunción impulsiva de riesgos, estados de ánimo muy variables, ira, depresión y ansiedad.
Sin embargo, los sentimientos de impotencia y un loci externo de control son dos de los definitorios, y ambos pueden causar una mentalidad de víctima. No obstante, el TLP se trata mejor como un todo, en lugar de centrarse en un solo síntoma.
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Supervivientes de malos tratos
En lugar de preguntarte "por qué la gente se hace la víctima", piensa en cómo esta persona pudo haber sido víctima en el pasado.
En la mayoría de los casos, las personas con personalidad de víctima han sufrido graves traumas, ya sean físicos, sexuales o emocionales.
Si ese trauma no se resuelve del todo, es probable que la persona vea a todo el mundo como un maltratador potencial que quiere destruirla.
Codependientes
Alguien que es codependiente sacrifica todo en beneficio de su pareja/amigo/familiar.
Ese tipo de sacrificio parece noble a primera vista, pero les deja incapaces de regular sus propias emociones; su felicidad sólo proviene de la felicidad de su pareja codependiente.
Esto crea una dinámica de indefensión aprendida, en la que sus emociones están totalmente reguladas por su pareja.
¿Cómo saber si alguien se hace la víctima?
No confían en nadie
La falta de confianza es un signo revelador de alguien que siempre se hace la víctima. En su mundo, todo el mundo quiere hacerle daño, pero apartar a la gente tiene sus propias consecuencias.
Sin nadie en quien confiar o a quien pedir ayuda, es probable que se vuelvan aún más amargados y desconfiados.
No pueden tomar sus propias decisiones
Alguien con mentalidad de víctima puede evitar asumir responsabilidades poniendo su poder de decisión en manos de otra persona. En lugar de pedir consejo, quiere que otra persona le diga lo que tiene que hacer.
Cuando las cosas no funcionan, pueden culpar a esa persona en lugar de a sí mismos.
Nunca progresan en la vida
Las personas que siempre se hacen las víctimas suelen padecer una forma de indefensión aprendida, ya que creen que son factores externos los que siempre dictan su vida, en lugar de sus propias acciones.
También se muestran desdeñosos cuando se les presentan soluciones a sus problemas, prefiriendo echar la culpa a los demás en lugar de asumir la responsabilidad de su situación en la vida.
Se aferran al pasado
¿Has conocido alguna vez a alguien que se queje de un pequeño desaire que le ocurrió hace meses o incluso años?
Los que tienen una mentalidad victimista catalogan estos sucesos y los sacan a relucir siempre que necesitan menospreciar a alguien o demostrar que el mundo les perjudica constantemente.
Estos rencores crean una mitología para su vida, en la que siempre hacen lo correcto y todos los demás quieren perjudicarles.
Son increíblemente argumentativos
La mayoría de nosotros sabemos cuándo es útil discutir con alguien. Si no hay ninguna posibilidad de que la otra persona cambie de opinión, ¿para qué molestarse?
Sin embargo, si alguien tiene mentalidad de víctima, una discusión no es un medio para alcanzar un fin, sino el objetivo principal. Es una oportunidad para insistir en sus propias desgracias y culpar a los demás de ellas.
Son autodestructivos
Que validen tus percepciones, aunque sean negativas sobre ti mismo, puede ser muy satisfactorio.
Si alguien siente que el mundo le victimiza, se pondrá en situaciones en las que eso sea más probable. Esta espiral descendente de comportamientos autodestructivos puede ser increíblemente perjudicial para su salud y sus relaciones con los demás.
Tienen una autoestima muy alta
Resulta contraintuitivo que alguien que siempre se hace la víctima tenga una buena opinión de sí mismo, ya que lo único de lo que habla es de lo mal que le ha tratado el mundo.
En su mente, sin embargo, no cometen errores y nunca reciben el crédito que merecen. Esto tampoco se aplica a todos los que se hacen las víctimas; alguien que ha experimentado un trauma extremo es mucho menos probable que tenga una autoestima alta en comparación con un narcisista con mentalidad de víctima.
¿Cómo ayudar a alguien con mentalidad de víctima?
Llegar a alguien que se hace la víctima puede ser una tarea colosal; su respuesta instintiva es culpar a todos los que le rodean, lo que hace muy difícil ayudarle a ver que él mismo es su peor enemigo.
Para mantener una relación con esta persona, tendrás que aprender a tratar con alguien que se hace la víctima, y es posible con algunos codazos suaves y un corazón bondadoso.
10 maneras de lidiar con alguien que siempre se hace la víctima
Averiguar cómo manejar la personalidad de una víctima es difícil, es un delicado equilibrio entre la empatía hacia ella y una buena dosis de autocompasión hacia uno mismo.
Están sufriendo, lo que puede hacerte pensar que su bienestar mental está por encima del tuyo, pero no puedes ayudarles hasta que te hayas ayudado a ti mismo.
Éstas son algunas de las mejores formas de mejorar tu relación con alguien que tiene una personalidad victimista, al tiempo que le ayudas a ayudarse a sí mismo.
#nº 1 Tómatelo con calma
Una persona con síndrome de víctima se siente constantemente atacada. Si de repente la tratas de forma diferente, reaccionará con miedo e ira.
Para mantener su confianza, tómatelo con calma y haz cambios graduales en tu forma de acercarte a ellos.
#2 Mantener los límites
Puede que no consigas cambiar su mentalidad de víctima, pero sí puedes cambiar la forma en que te tratan. Estate a su lado cuando necesiten a alguien con quien despotricar, pero por tu propia cordura, limita su acceso a ti.
Establecer límites les permite saber que no siempre responderás a sus mensajes un minuto después de recibirlos.
#3 Ayúdales a compartir sus sentimientos
Cuando alguien despotrica, suele decir lo que todo el mundo a su alrededor ha hecho mal. Lo que no dirá es cómo le han hecho sentir las acciones de todo el mundo.
Redirige la conversación, haz preguntas y ayúdales a expresar esos sentimientos. Te sentirás mucho mejor que culpando a todo el mundo de sus problemas.
#4 No cuestionen sus sentimientos
No importa si sus sentimientos están justificados por la situación, así es como se sienten. Más adelante podrás hablar de los problemas que causaron esos sentimientos, ahora lo que quieres es que se sientan validados.
#5 No validar la mentalidad de víctima
Puedes validar los sentimientos sin fomentar la mentalidad de víctima. Centra la conversación en expresar los sentimientos en lugar de dejar que los justifiquen.
Es una línea difícil de caminar y es donde tantas interacciones con alguien que se hace la víctima pueden salir mal.
#6 Nunca te disculpes por lo que no es culpa tuya
Obviamente, si has obrado mal, debes disculparte, pero algunas personas se disculpan por costumbre o simplemente para que los demás se sientan más cómodos.
A las personas con mentalidad de víctima les encanta esto y, si pueden, se rodearán de disculpadores habituales.
#7 Ayúdales a ver dónde fallaron las cosas
Este es uno de los pasos más difíciles para manejar una personalidad victimista. Tienes que discutir lo que están haciendo mal que está llevando a todos sus problemas.
Es difícil para ellos aceptar la responsabilidad y tendrás que ser delicado a la hora de sacar el tema. Sé indirecto si puedes, haciendo preguntas como "¿ha surgido este problema también con otras personas?".
Ayúdales a ver que ellos son el denominador común en estas situaciones.
#8 Reconocer su pasado
Sus problemas de salud mental no aparecieron de la nada, es probable que haya traumas graves en su pasado.
Si estás familiarizado con su dolor pasado y parece estar relacionado con los acontecimientos que nos ocupan, hazle saber que comprendes por qué puede sentirse la víctima.
#9 No se olvide del cuidado personal
Una de las peores cosas que puedes hacer es perderte en la mentalidad de víctima de otra persona. Necesitas tener otras conexiones, personas que no estén involucradas con la personalidad de víctima, personas que puedan devolverte al mundo real.
Dedícate tiempo a ti mismo, piensa en cómo te sientes y en lo que necesitas para mantener la cordura. No dejes que la mentalidad de víctima domine tu vida.
#10 Evaluar la relación
A veces lo mejor que puedes hacer por ti es cortar lazos con la mentalidad victimista. Puede que no estén preparados para cambiar y si todo lo que haces no hace más que reforzar su victimismo, la relación tampoco les está ayudando.
Esto no significa que tengas que tener una gran ruptura (a menos que estés en una relación romántica con mentalidad de víctima), simplemente limita tu tiempo y tus conversaciones con ellos.
Al final, encontrarán a otra persona que refuerce su mentalidad de víctima.
Reflexiones finales
Hacerse la víctima es una estrategia de afrontamiento común que la mayoría de las personas utilizamos ocasionalmente. Nos permite desviar la culpa de nosotros mismos y mantener nuestra autoestima.
Sin embargo, se convierte en un problema cuando es la única forma que tiene una persona de enfrentarse a los acontecimientos negativos de la vida, lo que es frecuente tras un trauma grave y en ciertos trastornos de la personalidad.
Tratar con una persona que siempre se hace la víctima puede ser difícil, ya que proyecta su propia negatividad en todos los que le rodean.
Aunque con límites claros y un estímulo suave para que asuma la responsabilidad de sus actos, puedes ayudar a un amigo, pariente o colega a dejar de hacerse la víctima.